El camino

Reconozco el sabor de tus mañanas,
Las montañas que he tenido que escalar
Y, a sabiendas que es bonito, me despido
Por los pasos que se puedan enfangar.

El olvido no se mete entre las sábanas,
Las sonrisas siempre fueron de verdad,
He aprendido que no existen "para siempres" y
Lo bonito del camino siempre será disfrutar.

He viajado a la nostalgia, aventurero,
Empapando lo qué ha sido y no será.
Qué difícil son las cosas de mayores y,

Sin rencores, siempre tendrás un lugar.

Aún recuerdo el paseo del feriante
En la noche bautizando al "cadellet".
Siempre he dicho que el hogar son las personas y
No miento.

Romances

He jugado a los romances recreando sus escenas.
La maleza el escenario y dos disparos con destreza
dieron paso al verano, aún estando en primavera.

He surcado en tu licor y nos tornamos fieras
en la paz de aquel reloj;
Se desató la guerra.

De tu voz, nacieron hiedras trepadoras por la oreja.
Abrimos el inventario
y se celebró una fiesta
que no salió bien.

Aunque ahí fuera no llueva,
el calor me consume.
Puede que el sentirte cerca
sea lo que me destruye.

Suerte de ser inmune,
de vestir tantas corazas,
de albergar aún sentido
y eludir las estafas.

Irlanda

Abrazados en montañas bien tajantes,
por el aire que nos exige bailar,
lanzan piedras en la fiesta, con esmero,
sin un "quiero" que sea boda
ni un adiós de funeral.


Decibelios sin visado siguen presos
amarrados a barandas tan salvajes
que cantan en los paisajes sin aliento
de volar a ras de suelo,
de peinar el oleaje.

Murallas

Soy de acero
reteniendo mares de agua salada,
evitando que mi tez quede empapada
y, agrietadas, mis manos pidan soñar.

Desconsuelo.
Sin quererlo me acostumbré a los inviernos
y del frío hice mi fiel compañero.
¡No!
No me hospedo en la Navidad.

Victoria
es desgranar, a pedazos, batallas,
derribar a sonrisas murallas
que intimidan a la libertad.

Acuarelas

Acuarelas encharcadas y una tarde temerosa
por la prosa de su falda que danzaba sin bailar.
Primavera a flor de piel, una piel que se marchita,
al bañarse en alquitrán
bajo la luna vacía embargada en tus placeres.
Dos chavales, medio lejos, sin palabras que decir,
porque ya se dijo todo y, aunque no se quiera ver,
la mirada de sus ojos pone rumbo a otro lugar
por gritar en tal escena en la que poder vivir
sin recelo, ni coraza, sin mordaza en sus quehaceres.

Mares

Hoy te cuento que he salido a navegar

entre mares de agua no potable

e, inestable, la deriva llega ya,

cuando el aire se reparte

y nos eleva hacia otra parte

dónde cubren las estrellas sin brillar.

El trueno

Licencia para no-llorar

cuando tumbas mis silencios.

Hoy los vientos no salieron a revolotear

porque el trueno quema dentro

y aquí hay fuegos que apagar.

Caminante de paseos,

los deseos no se tocan

sino aprendes a volar.

Salté alto y me caí

y, directo a la palestra

con la orquesta de Caín,

me bailé todos los ruidos

que cantabas en abril.

Caimán

Ten vergüenza y no la des

arañando ferozmente la decencia.

No consumas bruscamente mi paciencia,

que no quiero hacer llover.

Al caimán ya le pasó

por llorar sin condiciones.

No despiertas emociones

y,

aunque no lo quieras ver,

se marchita lo qué tocas.

Tempestades de vinagre y acidez,

lo qué siembres lo recojas.

Vendaval

De esos ratos en que el viento no te hace levitar
y el aire te zarandea.
Marinero de alta mar, que no entiende de tormentas,
no me tapes las estrellas
que ahora yo no sé brillar.

Son mis pasos que se enfangan en la arena,
son los ríos que no dejo de empapar.
Barrizales entre zarzas y canela,
salgo a flote porque hay que respirar.

Si mis manos estrangulan mi presencia
y mi esencia se convierte en alquitrán,
La solución está clara:
Me desato, cojo aire y me empeño en avanzar.

Invierno

Una cena en la mesa pidiendo a gritos dejarse enfriar,
una foto fundida en un filtro a sabiendas qué no es natural,
una cita interpuesta declara razones qué no van a más

y, extraña, tus ojos me miran
inconscientes
de la fragilidad que aprieta mis manos cuando mi cuerpo exige arrancar.

Dejémoslo en el aire,
cantémosle al mar,
qué mi sed no se sacia bebiendo,
se sacia bailando al compás del tic-tac.

Guardé esperanzas cegando mis ojos
en montones de lágrimas para hibernar.
El tiempo no es tiempo del todo sino te curte de lo qué fue mal.

Querida,
te mando un saludo que albergue una dosis
de paz.